Si de algo puede presumir Santa Úrsula es de tener uno de los paisajes naturales y agrícolas más impresionantes de la isla de Tenerife, con una de las ofertas eno- gastronómicas más singulares del archipiélago.
Desde el Paisaje Protegido Costa de Acentejo hasta la cumbre dominada por el pinar, encontramos a la agricultura como una característica notable en las zonas de medianías. Es, en este entorno, donde sorprende observar el continuo trazado de las terrazas surcadas manualmente, que producen más de 750.000 litros de vino sacado de más de 1.100 toneladas producidas en más de 325 hectáreas.
Vinos que son reconocidos en toda Tenerife y más allá desde 1587, tanto que Viera y Clavijo en el año 1768 deja constancia al referirse a Santa Úrsula como territorio “sano, alegre y con muchas heredades de viña”.
De ahí viene una larga tradición, que se traduce en la elaboración de vinos tintos jóvenes, así como blancos secos, semisecos y afrutados de las variedades listán, negro y blanco, o tintilla o negramoll. Todos vinos de aromas frutales con tonos florales en los negros y balsámicos en los blancos junto a notas minerales y volcánicas en ambas categorías.
Santa Úrsula, donde la gastronomía tradicional, de modernidad y creativa se ha acompañado siempre de un buen vino, que ha salpicado la geografía local de nuestros guachinches y bodegones convirtiéndose en una seña de identidad.
Santa Úrsula: Tierra de Vinos y Cultivos
Las primeras plantaciones de viñedos en Tenerife se vieron tempranamente incrementadas por la ruina del comercio del azúcar, provocada por la competencia de las colonias antillanas. Es más, puede afirmarse, que durante el siglo XVII y gran parte del XVIII, Santa Úrsula se asemeja a un inmenso lagar, cuyos apreciados vinos aportaron al pueblo la mayoría de sus ingresos económicos.
Estas plantaciones se vieron afectadas por la competencia, que, del gran número de exportaciones, criticadas y limitadas por los terratenientes y nobles peninsulares, acabaron restringido la existencia de productos isleños por presiones.
Sin embargo, esta problemática no impidió, que los cultivos de las empresas isleñas se siguieran explotando y continuaran dando lugar a lagares durante todo el siglo XVIII y XIX, donde la uva se trituraba, se conseguía el mosto y se preparaban los caldos con las distintas variedades vitivinícolas, que se esparcieron por todo el municipio.
Información extraída de la «Guía Enogastronómica de Santa Úrsula (1ªEdición)» editada por el Área de Agricultura del Ilustre Ayuntamiento de Santa Úrsula
Guachinches: Viaje de Pasado, Presente y Futuro
Te has adentrado en el corazón de Santa Úrsula, en sus guachinches y bodegones. Un viaje al pasado en el presente y con anhelos de un futuro.
Guachinches que son el principal motor económico de este pueblo. Casas particulares que comenzaron vendiendo vinos de cosecha propia a los amigos y parientes, pero que con el paso del tiempo han contribuido a forjar una industria entorno a la gastronomía, porque en la casa de cualquier bodeguero se reservó siempre un espacio donde degustar los vinos nuevos acompañados de una buena comida tradicional.
Hoy son seña de identidad porque la hospitalidad los hizo abrir las puertas y acoger, no sólo a los conocidos, sino también a los foráneos.
En la actualidad, Santa Úrsula es un destino puntero en cuanto a la enogastronomía tinerfeña, donde puedes elegir entre toda una relación de guachinches y bodegones detallados a continuación.