Llegar al final de La Quinta es permitirnos el lujo de poder vislumbrar una de las vistas más espectaculares de la Costa de Acentejo, espacio único por la diversidad del paisaje, que se entremezcla entre desembocaduras de barrancos y acantilados, donde estuvieron los guanches y por donde discurrieron las fincas y terrenos de nuestros antepasados.

Contemplar esta zona y ver la costa de El Ancón nos da una pista de cómo podía ser el modo de vida de nuestros antepasados tras la conquista. Aquí se alzaban numerosas huertas de viñedos, donde la variedad predominante era la uva de malvasía rosado. Estas tierras fueron eminentemente agrícolas por la cercanía al mar para poder realizar actividades de contrabando con los vinos para obtener un mayor beneficio.

Estas tierras de viña se vendieron por terrenos en la zona alta o de medianías del municipio, lo que propició que se quedaran abandonadas hasta que se construyó una hermosa zona residencial.

Justo al final de la urbanización encontramos una edificación militar conocida como Búnker de La Quinta, una construcción de la II Guerra Mundial para prevenir los ataques marítimos de la época por parte de las potencias del conflicto. Este búnker, de menores dimensiones que el de San Andrés en Santa Cruz de Tenerife, sirvió para que las personas de la zona realizaran el servicio militar en él, mientras  resultó ser un elemento operativo de las fuerzas militares en las Islas Canarias; sin embargo, el servicio militar se sirvió para expoliar las cuevas de los guanches y sacar de la misma todos los elementos de valor arqueológico, incluso momias guanches, que hoy se conservan en el Museo Arqueológico Telesforo Bravo en Puerto de la Cruz.

Para acceder a la urbanización La Quinta  por la salida número 29 de la Autopista Tenerife Norte (TF-5) en dirección Puerto de La Cruz. Al tomar la rotonda donde se encuentra el típico lagar canario, debemos coger la primer salida a mano derecha, que nos conducirá a la Calle Acebuche y continuar recto hasta la Avenida de Los Pesqueros para bajar por  ella, donde encontrarás el Jardín Social y la estatua de La Giganta, que podrás contemplar en el trayecto de ida o de vuelta, hasta alcanzar la Calle El Moralillo y  tomar la Calle de La Rapadura. El regreso se hace por la Calle Gangorra que conecta con la Calle de La Rapadura en su inicio y cruza en Calle El Moralillo por lo que al llegar a la Calle El Moralillo se puede emplear el mismo camino de vuelta.

También podemos alcanzar un pequeño mirador por encima de esta zona tomando la Calle El Muelle hasta el cruce con la Calle Codeso y terminar en  la Plaza del Mirador, un pequeño espacio desde donde se puede ver la zona de El Ancón.

Por otra parte, las líneas de guagua (autobús) de Transportes Interurbanos de Tenerife (TITSA) que permiten llegar a este espacio son la número 102 (Puerto de la Cruz – Santa Cruz de Tenerife) y la número 30 (servicio Aeropuerto Tenerife Norte desde Puerto de la Cruz) utilizando las paradas 4004 (sentido Puerto de la Cruz) y 4005 (sentido Santa Cruz de Tenerife) para luego  caminar hasta estos miradores.