“Camino del Mar señora, por la costa de Acentejo, por donde bajaban los viejos hasta llegar a la mar.” Este sitio fue un camino que llevó a la costa de Acentejo a nuestros antepasados. Camino del Mar es el camino que nos conduce a Barranco Hondo y se divisa el magnífico puertito, que se empleó para transportar mercancía de todo tipo.

Aquí se extiende el espacio del Malpaís, donde los Marqueses de Villanueva del Prado se quisieron hospedar e hicieron sus pruebas botánicas antes de trasladarlo al Jardín Botánico de Puerto de la Cruz. Un sitio que en tan poco espacio esconde tanta historia, que te darán ganas de volver a visitarlo.

Sendero de Barranco Hondo

Este sendero separa a La Victoria de Santa Úrsula, resultando una forma curiosa de conocer la idiosincrasia del Barranco Hondo, lugar único que permite conjugar la naturaleza con la mano del hombre desde los guanches hasta el siglo XX. Sirvió de hábitat natural para las gentes de  Acentejo desde la conquista y que posteriormente supuso un importante punto comercial. (+ información) 

Hacienda y Ermita de San Clemente (Hacienda del Malpaís)

La Hacienda y Ermita de San Clemente, propiedad de los Marqueses de  Villanueva del Prado, la familia Nava y Grimón, fueron levantadas en el siglo XVII. Es en esta hacienda y ermita de estilo canario, donde los marqueses realizaron las primeras pruebas botánicas antes de constituir la afamada Hijuela del Jardín Botánico de la Villa de la Orotava y el posterior recinto, que posee numerosas plantas conocido como Jardín Botánico de Puerto de la Cruz.

Como curiosidad, la Ermita de San Clemente albergó parte del patrimonio de los marqueses siendo el Tríptico de Nava la obra más valiosa.

Puertito de Barranco Hondo

Un pequeño muelle en la desembocadura del Barranco Hondo ha servido a nuestros antepasados para comerciar productos locales. También este embarcadero ha sido objeto de preocupación de las autoridades, ya que, supuso un importante comercio de contrabando de los vinos de malvasía rosada, tan importantes en los siglos XVIII y XIX, así como, una intranquilidad en tiempos de epidemias por el desembarco de foráneos a escondidas.